Hoy, 22 de marzo de 2022 hace exactamente 500 años que Adriano de Utrecht, regente de Castilla y preceptor de Carlos I de España y V de Alemania, estuvo en Calahorra en su viaje a Roma para hacerse cargo de la tiara papal como Adriano VI.
Siguiendo el artículo de Fermín Labarga publicado en la revista Belezos, sabemos que tras salir de Logroño y hacer noche en Alcanadre llegó a Calahorra el 22 de marzo, donde entró “con gran solemnidad”. No en vano se trataba de la capital de la diócesis. Así, “fue recibido con alegóricos emblemas, máscaras, representaciones y otras fiestas de este género, salió gente armada hasta la Penilla (¿actual cuesta de la Pinilla?) y los ministros con capas ricas hasta la Puerta Vieja del Arrabal; llevaban los Santos Mártires [Emeterio y Celedonio] en sus andas con música y gigantes y, así en procesión, fueron a la catedral e hicieron oración”.
En Calahorra el Papa se hospedó, no en el palacio episcopal, sino en “la casa del dignísimo arcediano de la ciudad. Hasta allí llegaron “los muy reverendos deán y cabildo de esta Santa Iglesia Catedral, en reconocimiento de sumisión a su Señor” y “le presentaron dos mulas lujosamente enjaezadas” como obsequio, que el Papa agradeció “no como pequeño sino como muy grande, estimando en él la cualidad más bien que la cantidad”.
Al día siguiente, la comitiva papal abandonaba Calahorra en dirección a Alfaro.
¡Una fecha singular para la historia de Calahorra!