Día: 14 de marzo
Hora: 20 h.
Lugar: ermita de la Concepción
Ponente: Pepa Castillo Pascual (Universidad de La Rioja
El río Ebro fue navegable, sin apenas cambios, hasta el siglo XV y desde mediados de esta centuria en las cortes aragonesas se debatieron proyectos y propuestas para mejorar la conexión fluvial entre Zaragoza y el Mediterráneo. Sin embargo, la realidad de la navegabilidad del Ebro en época romana no fue la misma.
Aunque se ha sostenido mayoritariamente que el Ebro era navegable desde el oppidum Vareia (Varea, Logroño) hasta su desembocadura en Dertosa (Tortosa), esto no es del todo cierto. El objetivo de esta contribución es demostrar que solo el tramo de río entre Vareia y la colonia romana Celsa (Velilla de Ebro) era navegable. También se planteará por qué en el siglo II se le dedicó una estatua en la que aparece representado como una divinidad, igualándose al Tíber, el Nilo o el Guadalquivir.