Después de 23 años desde que se excavó en 1994, nos ha dejado sin palabras que se haya limpiado y retirado la maleza del molino de la cuesta de la Pinilla. Han tardado en darse cuenta de la situación en la que estaba 23 años, nada menos.
Estos restos, que en algún momento se creyó que podrían corresponder a una tumba romana, pero que ya sabemos corresponde a un molino de cubo que aparece documentado ya en 1752, en el catastro de Ensenada. Con una altura de casi 6 metros de sillería conserva la entrada de agua, el cárcamo y la salida.
Seremos optimistas y pensaremos que la actuación en estos restos no quedará solamente en este lavado de cara. Es necesaria una actuación en la consolidacion de los restos y hay que ponerlos en valor como testimonio de la actividad económica en Calahorra durante el siglo XVIII.