Calagurris obtiene en el último cuarto del siglo I a.C. la categoría jurídica de municipium de derecho romano de manos del emperador Augusto.
Esta municipalización supuso, además de la ciudadanía, el inicio de un desarrollo urbano que dotó a la ciudad de importantes infraestructuras públicas: templos, termas, sistemas de abastecimiento y distribución del agua, saneamiento, edificios de espectáculos, etc. Entre estos municipios sabemos de la construcción de uno dedicado a la celebración de ludi circenses, el circo.
Calagurris contó con un circo a escala e imagen del circus maximus de Roma que se encontraba ubicado en lo que hoy es el paseo del Mercadal y las calles del entorno. Su planta en el siglo XVIII era aún perfectamente identificable.
Para conocer más del esplendor de Calagurris y, en concreto, de este circo damos a conocer dos artículos, recientemente publicados, sobre el circo romano de Calahorra, escritos por nuestro compañero José Luis Cinca.
Uno de ellos se presentó en el Congreso Internacional de Arqueología y Mundo Antiguo centrado en los circos romanos que se celebró en Tarragona el pasado año, y en donde Amigos de la Historia de Calahorra estuvo presente con nuestro circo (enlace al artículo).
El segundo trabajo ha formado parte del libro homenaje a Urbano Espinosa, ex rector de la Universidad de La Rioja, donde se incluyeron diferentes trabajos relacionados con el ámbito de investigación desarrollado por el profesor Urbano a lo largo de su vida académica (enlace al artículo).
Ambos trabajos nos acercan a uno de los edificios monumentales que Calagurris tuvo, el circo, ubicado en el paseo del Mercadal, entre la calle Paletillas y Teatro, y aunque prácticamente no quedan restos a la vista, ha sido posible reconstruir la planta del mismo y alguna de sus características.